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Sinopsis de Haciéndolo mío novela

Reseña literaria de Haciéndolo mío novela

Haciéndolo mío novela pdfHaciéndolo mío novela pdf descargar gratis leer online JoyreadUna indeterminación anticipadamente de la coyunda, recibió dos puñaladas por la cruz al admirar a su prometido y a su mejor amigo intimando en la yacija. En revancha, se acostó con el líder de él. Para convertirse en su cortesana, quería embarazarse de su cachorro y así forzarlo para casarse con ella. Sin embargo, ser la marida de un hombruno rico no era siquiera mucho fuera de lo que ella había tramado. Entonces, ella le pidió el divorcio, no obstante él la empujó a la energía y le anunció de manera dominante: —solo puedes ser mi dama en esta vivacidad. ¿adónde crees que vas?Capítulo 1Eran las diez de la noche en Jardín Zarzamora. Cuando encendí las luces, la iluminación de las luces de cristal que venía de la habitación de huéspedes reflejaba mi silueta en las ventanas francesas. Esta casa se convertiría en mi hogar conyugal a partir de mañana. Mi prometido, Josué Centeno, era un gerente de departamento y no solo era guapo, sino que era muy atento conmigo; además, me sentía bendecida por casarme con un hombre que me amase tanto. Según las tradiciones, no debíamos quedarnos juntos la noche antes de la boda; por lo tanto, Josué pasó la noche en nuestro nuevo hogar mientras yo me quedé con mi mejor amiga, Natalia Juárez.   Antes de irme a la cama, comprobé que tuviera todo lo necesario para mañana, pero terminé dándome cuenta de que me faltaba el velo de novia. Para sorprender a Josué, volví a nuestra nueva casa con discreción sin avisarle de antemano. Me salía una sonrisa dichosa al solo pensar en que viviríamos felices para siempre desde mañana.   Entonces, me puse un par de pantuflas, pero justo cuando llegué a la sala de estar, oí el gemido placentero de una mujer, que provenía desde el dormitorio principal, y, de repente, mi corazón se aceleró. La puerta de la habitación estaba entreabierta, y la voz seductiva y cautivadora de la mujer venía de allí. En un instante, una furia comenzó a arder dentro de mí. Aunque sentía como si las piernas me pesaran, estas me dirigían el camino. Mientras me detuve en la puerta de la habitación, los gritos de éxtasis que venían de dentro eran muy claros, cada sonido golpeándome el pecho.  Con un ligero golpe, abrí la puerta. Había un par de zapatos de tacónbeige que arrojaron al azar y un sinfín de objetos femeninos por el suelo. Dicha escena causó que mis pensamientos se fueran a la miseria. Mientras soportaba mis sentimientos de furia y pánico, puse la mirada en la cama, pero, al hacerlo, sentí como me clavaran un cuchillo al corazón, un dolor tan insoportable que no me dejaba respirar.  Mi mejor amiga y compañera de habitación por cuatro años de la universidad estaba en cama con mi prometido, Josué, con quien me casaría mañana. El momento en que Mayra me miró en la puerta, sus ojos brillaron con provocación, por lo que sus gemidos se volvieron más descarados. Mientras asimilaba lo que sucedía en la habitación, incluso me dolía respirar.  «¡Santo Dios, hay otra mujer entre los brazos de mi prometido y lo están haciendo con tanta pasión!».  En un abrir y cerrar de ojos, me sobrevino una furia y humillación. Cerré los puños para intentar frenarme de embestirlos y hacerlos pedazos. Mientras Mayra continuaba acariciando la espalda del hombre con sus dedos largos y delgados, su mirada era bochornosa y su voz era hipnotizante. —Mi amor, ¿no te sientes culpable por hacerlo conmigo cuando te casarás mañana con Andrea?  —¿Por qué tendría que sentir culpa? ¿Hay alguna diferencia entre hacerlo en el día antes de mi boda y en un día cualquiera? Además, ella jamás sabrá lo que hay entre nosotros. —La voz de Josué sonaba grave y tensa.  —Pero ¿qué tal si…? Digo, ¿qué tal si de pronto viene y nos atrapa en el acto? ¿Qué crees que haría? ¿Cancelaría la boda?  Mayra me miró de forma burlona, haciéndome una mueca con los labios.  —Eso es discutible, ya que no vendrá. Aparte, ¿qué más da si se entera? Cuando mucho, solo cancelaremos la boda. No planeaba casarme a tan temprana edad de igual forma.  Al reírse de manera despreocupada, Josué siguió frotándose contra Mayra.  —Entonces ¿por qué te vas a casar si no quieres hacerlo? Además, no podremos vernos tan seguido cuando estés casado.

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