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Argumento de La Virgen del Playboy de AKASH HOSSAIN
Reseña literaria de La Virgen del Playboy de AKASH HOSSAIN
La Virgen del Playboy de AKASH HOSSAIN pdfLa Virgen del Playboy de AKASH HOSSAIN pdf descargar gratis leer onlineHARRY recogió el todoterreno que había reservado en el aeropuerto, estudió los mapas de la zona que le habían proporcionado, compró algo de comida y agua embotellada en un supermercado cercano y se dirigió directamente a la salida de la ciudad.No tenía ningún interés en hacer turismo por Broken Hill, a pesar de ser su primera visita al lugar. Estaba aquí por una razón y sólo por una razón. Recoger a la señorita Tanya Wilkinson en el hotel Drybed Creek y llevarla de vuelta a Sydney con él.Las ciudades mineras -incluso las más grandes y famosas como Broken Hill- no ejercían ninguna fascinación sobre Harry.Tampoco el interior de Australia. De niño ya había tenido suficiente con el maldito interior para toda la vida.Sin embargo, era bastante bueno volver y ver que seguía siendo el mismo lugar infernal olvidado por Dios. Le hizo recordar por qué había huido de todo eso a los dieciséis años. Le hizo apreciar lo que tenía ahora.A los pocos minutos de salir de la civilización no había nada hasta donde alcanzaba la vista, excepto llanuras planas y quemadas por la escarcha, afloramientos rocosos desnudos y apenas un puñado de árboles achaparrados.Es cierto que se acercaba el final del invierno. Pero no se vería mucho mejor cuando llegara la primavera la próxima semana, y desde luego no en verano. En verano, el sol chisporrotearía con su feroz y brillante calor, y la hierba que las escasas lluvias de la primavera habían traído volvería a chamuscarse hasta alcanzar el familiar color marrón del Outback.El verde no era un color que se viera durante mucho tiempo en el interior. En cuanto al azul… El único azul era el despiadado cielo azul.Harry sacudió la cabeza ante toda la escena. Le daría Sydney cualquier día, con su puerto azul brillante y sus verdes jardines, su maravilloso puente y su impresionante Ópera de velas blancas. Le había encantado el lugar a primera vista.