2 de septiembre de 2022

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Reseña del libro La novia secuestrada del jeque de AKASH HOSSAIN

La sinopsis de La novia secuestrada del jeque de AKASH HOSSAIN

La novia secuestrada del jeque de AKASH HOSSAIN pdfLa novia secuestrada del jeque de AKASH HOSSAIN pdf descargar gratis leer online¿Una novia?El príncipe Khalil Khan se quedó mirando el asfalto y se dijo que lo que veía no era más que un espejismo. Estaba familiarizado con el fenómeno, ya que lo había experimentado las dos veces que había sido tan estúpido como para perderse en el vasto desierto de El Bahar. Conocía los signos reveladores de un calor resplandeciente, una imagen vacilante, la sensación de dolor que le golpeaba en la parte posterior de los ojos.Por desgracia, ninguno de esos síntomas se daba en ese momento. Era enero, no mediados de julio, y había montones de nieve sucia al borde de la pista. Y el calor no era tan intenso. No le dolía la cabeza, al menos no por mirar el espejismo. La imagen en cuestión no vacilaba ni desaparecía. Se acercaba con firmeza y determinación. También estaba el pequeño detalle de que no se trataba de El Bahar. En cambio, se encontraba en medio de un aeródromo de Kansas.Si no se trataba de un espejismo, entonces una mujer de pelo oscuro con un vestido de novia mal ajustado caminaba realmente hacia él.«He cometido un grave pecado», murmuró para sí mismo. «En una vida pasada, si no en ésta».La mujer se detuvo frente a él. Sus ojos, de un anodino tono marrón, estaban enrojecidos por el llanto. Él reprimió un suspiro y una maldición. Detestaba a las mujeres débiles.«Disculpe», dijo ella, con la voz ronca, probablemente por su arrebato emocional. «Me he quedado tirada aquí». Señaló el pequeño aeropuerto que servía principalmente a los aviones corporativos. «Esto va a sonar un poco extraño, pero necesito que me lleven».La miró fijamente, dirigiéndole lo que su abuela, Fátima, llamaba su mirada imperiosa, aunque a él no le parecía diferente de cualquier otraexpresión. «No sabes a dónde se dirige el avión».La mujer tragó saliva. Dos puntos brillantes mancharon su pálida piel, dándole un aspecto febril y poco atractivo. «Lo sé, pero no es aquí. Necesito llegar a una ciudad». Sus dedos se retorcieron. «Me he quedado tirada. No tengo equipaje ni ropa normal». Ella tiró de la cintura de su vestido de novia.Casi sintió la curiosidad de preguntar cómo había llegado a quedarse en el aeropuerto de Salina con un vestido de novia en invierno. No tenía abrigo, o si lo tenía, no lo llevaba. Tal vez estaba desequilibrada.En ese momento, una de las puertas de cristal se abrió y una rubia alta y escultural salió de la terminal llevando una taza de café. Su falda corta dejaba al descubierto unas piernas largas y perfectas, mientras que su jersey demasiado ajustado delineaba unos pechos llenos que se agitaban a cada paso. Cuando vio a Khalil, movió los dedos hacia él y sonrió.